Empecemos por esa armazón que nos da presencia en el mundo físico, nuestro cuerpo. Mantenernos en forma y saludables es fundamental para nuestra calidad de vida, de lo contrario se presentan dolencias y enfermedades que comprometen nuestra salud tarde o temprano.
Lo primero que nos aconsejan los expertos es cuidar nuestra alimentación. El lema ” somos lo consumimos” es absolutamente cierto. Debemos tener mucho cuidado con lo que nos llevamos a la boca, cuando lo hacemos y por cuanto tiempo especialmente si se trata de grasas saturadas y azúcares.

Solo estos dos elementos consumidos sin restricciones, son la causa de innumerables enfermedades coronarias, desajustes en la sangre como incremento de la glicemia, diabetes, solo para mencionar algunos.
Es imprescindible desde muy corta edad llevar una dieta sana, sin excesos e incluso disminuyendo aquellos, alimentos que a la larga provocarán daños a tu organismo.
A parte de ser vegetarianos, veganos o alérgicos a los lácteos o al gluten, es vital crear un esquema de consumo saludable que incluya vegetales especialmente verdes, frutas, legumbres y grasas no saturadas.
Por ello, dentro de los consejos para un cuerpo sano, el primero es estructurar un menú diario que contenga todos estos elementos en porciones recomendadas sumado con proteínas como carnes blancas y productos marinos. La hidratación es fundamental. Se estima recomendable consumir 4 vasos de agua al día y si es posible más, para mantenernos hidratados y sanos.
Otro elemento favorable para una salud de hierro es realizar ejercicios y meditaciones para mantenernos en forma.
En este punto no es necesario esforzarnos demasiado en el gym pero sí mantenernos activos por lo menos media hora por día. Para ello busca en la red secuencias de ejercicios no muy exigentes para que no te rindas tan fácilmente, sino que se convierta en rutina. Tu cuerpo lo agradecerá a largo plazo.
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